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30 septiembre 2011

Del señor Pellicer


Carlos Pellicer por Diego Rivera 1942


Quedó en mi memoria aquel día en que por destino escuché en la voz de una amiga:  ‘encima de mi pecho, un pequeño letrero que decía: ‘...cerrado por demolición’ / Y aquí me tiene usted pintando las paredes, abriendo las ventanas’,  palabras líquidas que me invadieron y salté para interrumpir el espontáneo recital con el propósito de  preguntar de dónde había salido aquello.  Ahí y no antes, supe que en un descuido cierta poesía podría transformar mi estado, peor aún, disolver el cromo que me cubre invulnerable.

Tiempo después, aquella misma persona me mostró que en su casa, colgando de una pared, había una reproducción de aquel poema firmada por el autor. Fue intenso.

El viento barre con todo y de esa amistad no queda nada, de aquellos días menos pero de la poesía y del bautismo que fue para mí la obra de Carlos Pellicer hay un surco grabado a fondo. En agradecimiento al autor, a la circunstancia y con esperanza de que alguien más toque fondo es que reproduzco esto.


En este asunto del amor...

En este asunto del amor, que a veces,
uno quisiera
que no acabara nunca de empezar,
parece que alguien dice:
“¿Dios es eternamente joven?”

Es tanta la alegría, que uno ignora
catástrofes y duelos.
Usted dice que sí a toda
la enorme y tan humana tontería.
Sólo hay un pensamiento,
sólo una idea sola
que es multitud, y uno quisiera
leerlo todo con los ojos cerrados
y no tener noticias de uno mismo,
ni recuerdos de nada ni de nadie;
un ágape de luces
a través de las horas inmortales.

Yo había puesto
encima de mi pecho,
un pequeño letrero que decía:
“Cerrado por demolición”.

Y aquí me tiene usted pintando las paredes,
abriendo las ventanas,
adornando la mesa con la flor amarilla
con que paga el otoño sus encantos.

Nadie te dijo, amor, que yo existía.
El amor es silvestre,
uno lo encuentra en todas partes;
en los días sin cielo,
en las tierras sin flores,
lo mismo en la mañana que en la tarde.


Copyright © Derechos reservados del titular. 



Tuve la suerte de encontrar este poema que amo en el sitio Palabra Virtual, voz y video en la poesía iberoamericana. 


Aquí además, un audio en el cual la actriz Pilar Pellicer (sobrina del autor), recita este poema.






Poema, audio e ilustración son propiedad de sus autores o herederos o titulares de los mismos.



26 septiembre 2011

De tierra y sal







Por Verónica Betancourt



Mis ojos derrumban   corazón
Mosaico de tus calles
Piel morena, hoja tabaco de  pensamiento zarco
Naciente   madreselva
Mujer labradora de vidas
Dormimos latir tostado, calor de andanza
Abrazo manso  de mar y arena
Cadencia miel, gesto de mi sangre perdurable
Florecemos eternos en los vitrales, luna de tus ojos.
Profundamente  dentro 





Es la selva madre de tu cuerpo
Me nombra
Sandia de verso

Arraigo de luz  juncos de  cañas
Toma mi fuerza y conviértela en elemento
Suspirante  marina de mi presente

Eres  imperio de mi núcleo
Lomas  combativas.

Acoge mis huesos en estas letras
Cultiva paladar de tranquilidad entre mis pámpanos


Quema  tu sonido ausente 
Tiempo lejano recorrido
Andanzas  en mi mente
Aroma de vida


Pensarte húmedo en
                       Mis labios


Arde  el  cartílago
Debajo del cerebro,
                    

Olvidamos los eternos
Entre los dedos
           Siempre quedo destazado en el agua
 Salada de mis pestañas


 Bajo mi costilla emerge tu cuerpo                                         
Hombre venido de mar/sal
Pareja danzante de árbol
                                                   Soy hembra llamado irrevocable
 Misionera de luz
Parte carne, temporal  de mis piernas
Nacemos en la cresta de la lengua
Donde envaina el agua y la tierra

                                                          De simiente  mandarina fecunda la palabra…




LUZ DE FUEGO NUEVO
POEMARIO DE RAIZ Y SAL
24 DE MARZO 2011




Imagen: Playa de Chacala, Nayarit, Mèxico
Verónica Betancourt



19 septiembre 2011

Alicia revisa su poesía


Alicia revisa su poesía
va en su trabajo
desmontando los sonidos
no quiere sonsonetes
sólo música en ritmo de poema.
No quiere repetirse
sus labios tienen los sinónimos
que inventa por las noches
va por las líneas en balance
no hay saltos
ni pausas equivocas o esquivas.

Esquivas jamás.
Ya la han atormentado.

Alicia se  devela ante el poeta
avanza con la luz del nacimiento
labios de porvenir
de esfinge
de oráculo
de fe.

El poeta se sobrecoge
la respuesta llega antes
la pregunta se adivina.
Palabras
una y otra
se suceden como el tiempo
en mensaje que devela el contenido.

El poeta es mortal
Alicia tiene estrella en amor
que lo trasciende.

Gaviota en equilibrio
agradece la vida
sabe de vuelos cansados.
Gaviota de Alicia en alas de tierra
en tierra firme
tu canto es el mismo
en vuelo de todos
Alicia la mira
el poeta la sabe.

El poeta escudriña
como el ratón
como la hormiga
se asoma al espacio de Alicia
quiere verla detrás del espejo
qué música
qué piensa
qué sueña
qué ríe.

El poeta quiere los misterios.
Mil imposibilidades
mil baúles
mil constelaciones.

Alicia se conoce
se sabe en los deseos del poeta
¿será de imágenes?
¿Será de fuego que consume y que libera?

El ojo ve.
La pupila se deleita.

El poeta no contempla
piensa
transforma el mundo en su cabeza
y lo lleva en la palma de su mano
para Alicia
                 para su cuerpo
                                        recién bañado.

Me baño.
Camino hacia el espejo
hacia ti.

Tiemblo. . .

¿Qué hacer
cuando el deseo escala
y vuela en pompas de jabón
hacia tus campanarios?
¿Repican a lo lejos las emperatrices?

Vuelan las notas en sonido de piano
en una carta que en el viento va
como en pompa de deseo
y tañe tu voz en su quejido.

Olor a perfume de agua fresca.

Quitaría las gotas de tu cuerpo una a una
y las bebería  para salir de este desierto.

Te siento
como si yo fuera tierra y tu río.

Aroma de tierra mojada
por el río del deseo.

Alicia se sonroja.
su firmeza la sorprende.
El  poeta la derrumba
escala muros
derrite el hielo.


(De “Alicia aprender poesía”
Poesía a dos voces desde el FB)
Lumpenpoeta
José Luis Contreras Vargas
y Estrella Blancas Zermeño.

10 septiembre 2011

Here comes the sun

Flor Silvestre a la orilla del Lago, Grapevine. Tx

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01 septiembre 2011

a la búsqueda del sentimiento patrio perdido

Alegoría a la Patria, Jorge González Camarena (1962)

Septiembre 
Siempre me han desconcertado las súbitas y llamativas manifestaciones de amor patrio de buena parte de los mexicanos. Iniciando septiembre, el mes patrio, veo brotar por todos lados mujeres ataviadas con atuendos muy mexicanos o, en su defecto, llenas de abalorios tricolores y hasta con alguna mini banderita decorando sus mejillas (fuera de las que se usan en los partidos de futbol, que el patrioterismo futbolero es otra especie digna de un serio estudio sociológico). Compañeras de oficina que año con año se dan a la tarea de pintar banderitas en la cara de quienes se deje. Las pobres no ocultan su desconcierto porque nunca me han visto portando algún vestido muy mexicano... que demuestre mi amor patrio y porque tampoco -por supuesto- me he dejado pintar una banderita en la cara. Yo las veo a ellas y a otros entusiastas del festejo patrio y no puedo evitar sentirme un poco outsider, un poco bicho raro (¿serán sinónimos?) y un poco otras rarezas...

Pero pese a lo señalado, no puedo evitar preguntarme el porqué de mi falta de semejantes entusiasmos. Desde niña me pasa. Recuerdo que en la primaria siempre me escogían para los bailables del 10 de mayo (día de las madres); por más que yo le rogaba a mi Ángel de la Guarda que me volviera invisible cuando la maestra empezaba a buscar a los protagonistas, nunca me hizo el favor y la pobre Marichuy siempre terminaba siendo seleccionada para bailar en el festival. Quizá por ello, desde chiquita aprendí a "hacer de tripas de corazón" y con todo y mi gran vergüenza escénica a cuestas llegaba al dichoso festival a darle al zapatazo, perfectamente ataviada con los vistosos trajes regionales y peinada con trenzas adornadas con listones multicolores que mi santa abuela tenía a bien confeccionarme.

Septiembre... Mes patrio. Época de comer pozole, tostadas de tinga y demás antojitos mexicanos. ¿Y si a Marichuy le da por cocinarlos? Pues se dirige al supermercado más cercano (Marichuy trabaja y los mercados cierran temprano), que para su desgracia resulta ser el Wal-Mart, donde la mexicanidad de ocasión se hace presente: mesas cubiertas con sarapes como de Saltillo… made in China y provistas de los ingredientes necesarios para elaborar esos platillos taaan mexicanos: maíz pozolero pre-cocido y enlatado… made in USA; lechugas, carísimas por cierto, made in USA, unos chiles parecidos al piquín, rojísimos y preciosos… made in China, limones verdísimos y grandes, divinos pero cero ácidos… cultivados en California, aguacate cien por ciento mexicano… más caro que los otrora lujos espárragos (porque los gringos nos hicieron la caridad de levantarnos el embargo y hay que llevarles todo el producto que sea posible), pechuga de pollo para la tinga (importada de USA, aclara la etiqueta con el precio) atascada de hormonas y tan descolorida que Marichuy, siempre tan mal pensada, sospecha está congelada desde la invasión de Irak orquestada por Bush y palafreneros acompañantes. ¿Y para servir esos mexicanísimos antojitos? Pues nada como unos platos hondos propios para el pozole… made in China… but of course. Y finalmente, para brindar por nuestra independencia nacional (sic), el supermercado gringo nos ofrece variedad de botellas de tequila. Como tiene denominación de origen, este elixir etílico todavía no lo venden los chinos. Todavía.

Ante ese panorama, una emberrinchada Marichuy desiste de sus afanes culinarios y sale de Wal-Mart mentando madres –esto último le cuesta un trabajo que no vieran- después de corroborar, una vez más, el penoso desastre que vive el campo mexicano y no sin lamentar que su poco aguante etílico (sólo bebidas no mayores a 20° de contenido alcohólico) le impida consolarse con una borrachera tequilera o mezcalera que le ayude ahogar sus berrinches y, de paso, festejar la noche del 15 de septiembre dando de gritos… como mandan los cánones… Aunque sin ver la Ceremonia del Grito por TV, no vaya a ser que en un arranque le aviente la botella al tipo que encabeza los festejos desde el Balcón Central de Palacio Nacional… y pues la pobre TV ¿qué culpa tiene?

Hace tiempo decía un analista político una gran verdad:

"El Estado Mexicano y la TV han creado un pueblo patriotero y llorón... nada mejor que eso, para seguir manipulándolo..."


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