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28 noviembre 2011

Cromo

Por Alberto Estrada

 


Del grupo FB, Fotos por Temas. 
Coordinado por Elena Brito, 'Pelusa'

24 noviembre 2011

Vocación esquina infinito


Bebíamos sin sentido. Uno de tantos días más en los que para matar el tiempo decides hacer lo de siempre, con los de siempre, la ruta de siempre, el auto de siempre entre tragos de cerveza y quejas de cualquier cosa en derredor: un payaso de crucero, una madre que cruza imprudente la calle con su hijo en brazos, un policía gordo de tránsito. Nada incita a cambiar el ánimo de la noche que apenas comienza, por desgracia, por sopor.
Al fin llegamos a una casa no muy distinta de la que arribamos el fin de semana anterior ni el anterior a ese ni el anterior a ese ni el anterior
Departamento de solteros con pretensiones intelectuales: pocos muebles, muchos libros, botellas, música y amigos y desconocidos, con pretensiones de amistad con pretensiones de señores interesantes de sabelotodos de artistas de hombrescultos de bohemios de borrachos de decadentes de indecentes ­­–depende de la hora de la madrugada. Otra noche de discusiones acerca del amor, de la sociedad, del autor, de Dios, del mundo…El comentario menos usual es el de aquel que recuerda que ya venden Yolis en el DF y lo habías escuchado de boca de tu sobrino de seis años esa mañana.
En los mismos recorridos, entre gente tan parecida, una imagen te llama. Es un reportaje mal escrito acerca de un pequeño grupo de personas tomadas por locos, la fotografía los muestra, parecen ancianos: piel arrugada y cabello blanco, deslavado por el agua salada pero con cuerpos bien formados que chapalean en la playa. Se trata de un grupo de personas relativamente jóvenes (la relatividad de la juventud comenzó después de que cumpliste veinticinco) que han decidido pasar la mayor parte de su vida en los linderos de los océanos porque aseguran que las oscilaciones marinas se han detenido y ellos están dispuestos a dar su vida para perpetuarlas.
Para el resto de tus amigos –con los que llegaste y el resto-- no es más que una nota curiosa de una seudosecta de chiflados… se abre la caja de Pandora, a hablar de locura, enajenación…
Dejas de escuchar, las necedades esta vez son peores y tú sólo das vuelta a la idea de ir con ellos. La razón marca como siempre la traba: es una tontería suponer que las olas son resultado de movimientos humanos, el colmo de la vanidad de la especie. Por otro lado, tu intuición te dice que hay algo para ti en esa absurda idea…te pierdes en cavilaciones absurdas mientras el alcohol te arrastra poco a poco al sueño…cuando abres los ojos sigues en la misma casa pero notas que las paredes tienen algo distinto…al acercarte te das cuenta que en realidad son persianas, levantas la más cercana y ahí está, te deslumbra por un momento porque el sol se refleja en una superficie casi quieta, no sabes si es lo más transparente, azul o dorado que has observado jamás. Una cosa es segura, es el mar, el mar en una impasible –o al menos eso parece.
Es hasta ese momento de placer y desconcierto que causa el espectáculo frente a tus ojos que notas que te encuentras solo. No es que te importe demasiado... son pocas las ocasiones que te da la vida de olvidarte de todo, que te muestra la razón de tu existir, ttu vocación… ni siquiera te importa despertar.

21 noviembre 2011

LA PALABRA

I.
Largo día
y despliego tu nombre
en todo tu aroma de mujer
blasfemia
de quien sabe la dirección del edén y lo prohibido.

II.
Esparces la palabra
como don multiplicado
tuyo es el reino del verbo
milagro de la imagen.

Soy feligrés de tu templo
escuchando el sermón
y tu voz
desde su púlpito
resuena en la cúpula de mis sentidos.

III.
Hoy en la noche retumbarán las líneas
como acordes de cielo anunciando el paraíso
como trompetas de ángeles en asombro
adelantando el apocalipsis
cuando cielo y tierra
habrán de unirse
                        en su infierno de delicias.

14 noviembre 2011

Avalancha


por Ivanius

Los cuadernos
parecen reposar.
En verdad nos acechan.

El péndulo del reloj
no se conduele
de las horas que agonizan.

Ayer fue tinta.
Hoy es invitación.
Mañana será fila de silencios.

Allí es donde empieza mi labor.

No sé lo que (a)parezca.
Pero es mía, aunque breve.

El empeño... que no sea letra muerta.

"Avalancha", Poema de Ivanius. Texto: © Chanchopensante.com Imagen: Wikimedia Commons.

10 noviembre 2011

Cubeta



Por Tere Carr







Del grupo FB, Fotos por Temas.
Coordinado por Elena Brito, 'Pelusa'




01 noviembre 2011

Cuarenta mil velas






Por MauVenom



Era yo muy chico, no sé por qué recuerdo tan claramente cuando mi tío me dijo ‘Llegas a una edad en que se te empieza a morir todo el mundo’

* * *

Aún con mi educación de influencias dispares y circunstancias destinistas, en casa siempre hubo un enorme respeto por las tradiciones y sin excepción se montaba una ofrenda de muertos llegado el dos de noviembre, yo la miraba con una ilusión infantil que aún así percibía profundamente el misticismo inmerso. Lo que no entendía era que aquellas fotos, los nombres y las velas alumbra-caminos pertenecían a seres reales, a presencias ausentes que para mí sólo eran leyenda. Así hasta que murió mi primera mascota y mi madre me invitó a que le pusiera una calaverita con su nombre y dulces en el altar .

Con una velocidad asombrosa mi ofrenda se ha ido llenando de luces y nombres, de recuerdos y exilios que compenso drogándome con letras, paisajes y con la seguridad de que mis amores ahora son libres.

Será mi destino y lo sobrevivo porque prometí no voltear.

Mi tío tenía razón, lo que él no sabía es que a las velas locales se unirían miles más a las que no encuentro explicación… lo sé, a la muerte no se le busca explicación… pero escribo porque mi ofrenda queda diminuta. Puedo lidiar con la muerte pero no con la ignominia. Entonces he decidido canjear la partida por el cambio, el desaliento por una lumínica esperanza que me regala un mundo propio y trascendente.

Y sin embargo la crónica sigue retando mi tolerancia, la muerte tiene su propio digno proceso y aborrezco que el hombre se invista todopoderoso, oigo de desaparecidos y no sé si encender velas o unirme a la espera, no entiendo, va más allá de mis manos y me quedo con el dejar el viento pasar y sentarme a ver. Cumplo con mi invisible parte y hago preguntas a la Historia, otras más al universo.

Amo a mi país y mi única vela es no para que regrese, para que renazca.

Este texto no debería estar aquí en EyL, una disculpa por eso. Pero no me quiero callar.







Imagen velas: World of Stock